El objetivo de esta energía, cuando sale fuera del cuerpo, es crear otro ser humano. Cuando se mantiene dentro y se conduce hacia arriba a través del sistema de meridianos, genera niveles de conciencia y de vitalidad más elevados, lo cual permite reparar y rejuvenecer las glándulas, el sistema nervioso y los órganos.
Dado que nuestras emociones están íntimamente ligadas a los órganos vitales, la energía sexual reciclada es capaz de multiplicar las emociones que fluyen de dichos órganos.
Podemos multiplicar una gran generosidad con un nivel infinito de cariño o un odio del tipo más destructivo. El reciclaje de energía sexual exige una práctica regular y mantenida que transforme las emociones negativas. De lo contrario se convierte en un arma de doble filo en manos de un principiante inexperto.
Si el nivel 1 Introductorio ha generado un buen flujo en el sistema de meridianos y en los órganos, las prácticas sexuales reforzarán ese flujo con frecuencias más altas. El organismo acabará por reestructurarse, alcanzando un nivel de vitalidad superior que permite ahondar en el proceso de desarrollo.
Uno de los resultados del correcto reciclaje de la energía sexual es una mejor percepción de la integridad energética, de los límites personales y de las relaciones sociales basadas en la confianza y el respeto mutuo.